"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras... En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…”–Hebreos 1:1-2
Con profunda alegría y gratitud, les extiendo mis mejores deseos en oración para una Navidad santa y bendita. Durante esta temporada de Adviento, he rezado que cada uno de ustedes y sus familias encuentren oportunidades para reflexionar sobre su propia fe y relación con el Señor Jesucristo y Su Iglesia, especialmente durante este tiempo de ansiedad e incertidumbre. Sea lo que sea que desee nuestro corazón y nuestra alma, aunque nos demos cuenta o no, nuestro mayor deseo es Jesús mismo, por eso, en Navidad nos llena de alegría y consuelo saber que todo lo que esperábamos se ha cumplido en la persona del Niño Jesús.
Hace varios años, recibí una tarjeta de Navidad con este mensaje: "Esta Navidad, les deseo Jesús". En el interior decía: "¡Que no es agradable tenerlo todo!"
En medio de todos nuestros desafíos e inquietudes actuales, el amor de Dios Padre se nos manifiesta en el regalo maravilloso de Su Hijo, Jesús. Con los ángeles en Belén, nuestra fe nos impulsa a cantar: "Gloria a Dios en las alturas y paz a su pueblo en la tierra." Reconocemos que la verdadera paz en la tierra fluye de nuestro reconocimiento y alabanza de Dios en nuestras vidas.
La Navidad tiene una forma de traer a la Iglesia, o a adorar, a las personas y familias que, por diversas razones, no han ido a Misa ni a los sacramentos durante meses o años. Qué oportunidad tan maravillosa y llena de gracia para dejar a un lado las diferencias pasadas y los hábitos viejos y comenzar de nuevo esa relación de oración con el Señor y Su comunidad de la Iglesia. Juntos, que podamos crecer en fuerza y gracia para conocer y celebrar juntos la presencia de Dios en nuestras vidas y Su dominio sobre todas las cosas de este mundo.
Que nuestro Señor Jesucristo, nacido en Belén, los bendiga a ustedes, a sus familias y a seres queridos en este momento desafiante con una mente y un corazón de esperanza y gracia. Que María, Madre del Niño Jesús, y Madre nuestra, siempre vele por ti y por nuestra querida Parroquia San José.
¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo!
Espero encontrarme con ustedes en la iglesia y en nuestra iglesia virtual. ¡Que Cristo permanezca siempre en sus corazones!